En un post anterior no dábamos crédito a los actos vandálicos sufridos por una escultura de la fachada de Platerías
(Post 08/08/18). Ahora, nada más volver de las vacaciones, nos encontramos que en Galicia los ataques al patrimonio continúan: Pícnic en el Castro de Sta. Tecla, intento de robo de la balaustrada de la fuente de la Gándara*, el ya mencionado de la figura del pórtico de la Catedral de Santiago... Resulta al menos curioso que un pueblo que es capaz de arrancar con sus propias manos el chapapote para defender su costa, no tenga esa misma capacidad para proteger su patrimonio cultural. Quizás, cuando tengamos la cultura necesaria para respetarlo, puede que éste ya no exista, o al menos tal y como lo conocemos.
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