100 es el numero de escalones que separan el pavimento de losas de granito de la basílica de Sta. María, de la azotea de su torre. La subida mediante una escalera de caracol, permite disfrutar a través de sus ventanucos, de diferentes panorámicas del casco histórico. Una vez arriba, se contempla una perspectiva de 360º de la ciudad, además de casi rozar con la mano el bronce de las cuatro campanas de su espadaña. Un espacio vetado durante siglos a los feligreses y al que solo accedían unos pocos afortunados.
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Fotografias de Pontevedra - Findelbloc Arquitectos
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