Cuatro caballos viajeros ...

Los caballos de la Basílica de San Marcos - Venecia.

Pocos caballos han tenido una vida tan azarosa y han viajado tanto sin mover una sola pata, como los caballos de la basílica de San Marcos. Se dice de ellos que estaban situados en el hipódromo de Constantinopla y que en esa ciudad fueron espectadores de múltiples carreras de caballos de carne y hueso.
La vida de esta famosa cuadriga de bronce dorado no termino ahí, ya que en un ataque veneciano a la capital bizantina en 1204 (cuarta cruzada) se los llevaron como botín de guerra a Venecia, donde el dogo decidió situarlos en su posición actual. 

Del auriga que comandaba la cuadriga nada se sabe, probablemente cansado de tanto ir y venir decidió quedarse en algún punto intermedio del camino, sin dar fe de vida.
Pero estos caballos tenían un espíritu viajero y en 1797 cansados de estar en esa posición, decidieron irse a París, por orden del mismísimo Bonaparte. Pero esa estancia en París les duro muy poco y retornaron otra vez a Venecia tras la caída del emperador en 1815.
Durante la primera y segunda guerra mundial también sufrieron traslados para su protección y actualmente cansados de tanto trasiego podemos visitarlos en la exposición interior de la basílica, ya que en 1982 fueron sustituidos por réplicas. Probablemente eran muchos los siglos que llevaban sufriendo la intemperie o estaban cansados de ver a las hordas de turistas y palomas.