Cuando observas a un grupo de turistas visitando tu ciudad, o incluso uno mismo cuando ha tenido la oportunidad de viajar. Se da cuenta que existe una tendencia natural a mirar hacia arriba, como si uno esperase a que cayese algo. Mirando al techo podemos observar muchos detalles: arcos, bóvedas, capiteles, cúpulas, vidrieras... pero a veces nos olvidamos de algo que tenemos más próximo y que sin darnos cuenta estamos pisando. Los pavimentos de algunas catedrales e iglesias son tan bellos o más que lo que podemos observar mirando al cielo. Es cuando ascendemos a la cúpula, o andamos por el espacio del triforio, cuando nos percatamos del enorme trabajo con piezas de mármol de diferentes formas y colores. Las soluciones son muy variadas: ajedrezados, formas geométricas o incluso diseños más complejos como laberintos.
Foto 1 (Catedral de Amiens) | Foto 2 (Catedral de Milán).
2 comentarios:
Y no nos olvidemos del significado e incluso del ritual que hay tras algunos de estos pavimentos.
Y no nos olvidemos del significado e incluso del ritual que hay tras algunos de estos pavimentos.
Publicar un comentario